Meterse un algodón al orificio de la nariz, apretarse la nariz con un paño mojado en agua fría, levantar el brazo contrario al agujero por donde está sangrando la naríz o inclinar la cabeza hacia atrás levantando ambos brazos hacia arriba y respirar profundo varias veces, son algunas de los consejos caseros heredados de los abuelos para detener las hemorragias nasales, tambien llamadas epistaxis. Es tan frecuente que, se puede decir que casi el 100 % de las personas ha tenido por lo menos una vez en su vida una hemorragia nasal.
- Resecado del interior de las fosas nasales.
- Un cuerpo extraño dentro de los conductos nasales.
- Rinitis alérgica.
- Nariz rota.
- Hipertensión.
Esta es la causa más frecuente y la menos grave del sangrado
nasal. Las fosas nasales internamente están recubierta por una membrana que
funciona como un filtro, esta membrana a su vez tiene pequeños pelitos, mucosidad
y es siempre húmeda. Todo esto con la finalidad de retener las bacterias que
causan infecciones y enviar un aire limpio a los pulmones.
Cuando todo lo descrito anteriormente falla, es cuando se produce el sangrado de la nariz. Algunos virus secan las fosas nasales provocando la congestión nasal que acompaña a la infección (rinitis) impidiendo que el interior de la nariz mantenga los niveles normales de humedad.
Ahora bien, si el interior de la nariz se congestiona por exceso de moco y además el moco se reseca, la capacidad protectora de la mucosa nasal va disminuir considerablemente, traduciendose en dolorosas heridas en las fosas nasales, que acaban en costras, a veces sangrantes y mal olientes si se trata de rinitis seca.
También la sequedad de las fosas nasales se puede deber al calor o el frío extremo de los ambientes externos. En este sentido, los aires acondicionados son capases de alterar los vasos sanguíneos y mucosas del interior de la nariz, causando el consecuente sangrado.
Esto es algo que afecta más a los niños que a los adultos, ya
que los más pequeños tienden a meterse objetos extraños a los orificios
nasales, que van desde pequeños juguetes hasta incluso algunas comidas, pasando
por las peligrosa pilas de botón, canicas pequeñitas y perlas de collar. El
problema reside en que no siempre nos damos cuenta y el objeto queda ahí por
muchos meses, causando una rinorrea purulenta maloliente, con insuficiencia en
la respiración nasal de ese orificio obstruido. En estos casos es importante
acudir al médico, a un otorrino más propiamente, por ningún motivo tratemos de
extraerlo nosotros manualmente, y menos con pinzas, ya que podemos empujar el
objeto extraño más adentro todavia, o en caso de sacarlo, por nuestra falta de
pericia lastimar más las fosas nasales del niño y provocar otro daño mayor.
Es uno de los síntomas más conocidos de cualquier personas que
padezca alergia, pero este goteo constante de la nariz, no siempre acompaña de
una hemorragia nasal. Sin embargo está claro que un síntoma de la rinitis
alérgica es el sangrado de la nariz sin haber un golpe o motivo aparente y
muchas veces por las noches. Esto es algo que no debe preocupar a los que la
padecen, es más importante controlar la rinitis en si que el síntoma de la
hemorragia nasal.
Parece obvio, pero una hemorragia nasal puede ser el síntoma
claro de una ruptura en este apéndice, si este es el caso, no solo se verá la
sangre correr, sino que tambien estará acompañada por dolor, dificultad para
respirar y una piel amoratada alrededor de la nariz y de los ojos. En estos
casos hay que acudir inmediatamente a los servicios de emergencia del hospital
más cercano.
Hipertensión
Estas ya son palabras mayores. Tener la tensión arterial alta es
uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y es imprescindible su
manejo por un especialista. La llaman la "epidemia silenciosa",
precisamente porque suele desarrollarse sin síntomas, pero uno de los signos
que puede destaparla es precisamente la presencia de hemorragias nasales. Esto
es mas frecuente en los hipertensos varones mayores de 60 años. Sin embargo se
da una curiosa paradoja con las hemorragias nasales asociadas a la hipertensión
y es que: el nerviosismo que provoca verse la nariz sangrando hace que suba
la tensión, por lo que ambos signos no siempre estarian relacionados, pero
dicho nexo tampoco se puede descartar sin visitar antes al médico.
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