También llamadas tonsilolitos, son
concreciones calcificadas (cálculos) que se forman en las criptas de las amígdalas palatinas,
formados por sales cálcicas o en combinación con otras sales minerales, restos
de alimentos y de epitelio, suelen medir
menos de 1 cm, y se caracterizan por emitir un olor fétido muy desagradable.
Estos restos quedan depositados en los
orificios o criptas amigdalinas y emiten un "característico olor
putrefacto". El problema, es que el 61 por ciento de los pacientes con
halitosis no perciben la existencia de estas bolitas blancas, ya que en ciertos casos los pilares del velo
del paladar pueden ocultarlo. Los restantes se dan cuenta a través de visión
directa, al toser o al despertarse por la mañana con algún tonsilolito expelido
sobre la lengua.
La mayoría de las personas se dan cuenta que
sufren de mal aliento, cuando son advertidos por familiares y amigos cercanos.
Es un problema muy frecuente entre adultos y jóvenes que han padecido algún problema
de amigdalitis.
Cuando hay demasida acumulación de estas
bolitas, tenemos una sensación de cuerpos extraños en la garganta y también se
presenta un sabor de boca desagradable. El riesgo de esta acumulación es que
puede derivar en una inflamación de las amígdalas y en lo psicológico sobre la
persona afectada por el complejo y la incomodidad que le puede generar al
interactuar con otras personas.
La buena noticia es que se pueden eliminar y
evitar con una correcta higiene bucal. Se recomienda utilizar un buen enjuague
bucal y hacer gárgaras para removerlos o disolverlos.
Si no estamos en posibilidad de conseguir un
enjuague bucal, otra opción es preparar un vaso de agua tibia con una cucharada
de miel y un limón y realizar 3 veces gárgaras con este preparado.
Solo en casos extremos se recomienda algún tipo
de cirugía láser para quitar los tonsilolitos.
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