La rabia es una enfermedad vírica aguda mortal que afecta al sistema nervioso central, y que se transmite al hombre normalmente por la saliva a través mordeduras o arañazos de animales domésticos o salvajes que están infectados. Hasta en el 99 por ciento de los casos por rabia, el virus se transmite por perros domésticos y gatos, aunque en zonas rurales también es transmitida por murciélados. En general, todo mamífero terrestre es susceptible de transmitir este virus.
No siempre el contagio se
produce por una mordedura, sino que también puede suceder que tenemos alguna
herida abierta o cicatrizando y basta que nuestra mascota, perro o gato, lamba
la zona de la herida y la moje con su saliva para que el virus se transmita al
ser humano.
SÍNTOMAS
Las manifestaciones clínicas pueden variar
dependiendo de las distintas formas que adopte la enfermedad.
Generalmente el periodo de incubación
de la rabia suele ser de uno a tres meses aunque cabe la posibilidad de que
oscile entre menos de una semana y más de un año, esto dependerá siempre
del punto infectado y la carga vírica.
Entre los
síntomas más comunes destacan:
- Hinchazón o enrojecimiento.
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Malestar general del cuerpo
- Nauseas
Normalmente
entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.
De entre
las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede
presentar signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y
puede llegar a producirse la muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.
En la
otra forma, la rabia paralítica que representa un 30 por ciento de los casos
humanos, según la OMS, sigue un curso diferente aunque generalmente más
prologando en la forma de rabia furiosa. Aquí los músculos se van paralizando
lentamente empezando por los más cercanos a la mordedura o arañazos.
Hasta que el paciente entra en coma y acaba falleciendo.
PREVENCIÓN
La mejor forma de prevenir la rabia es a través de la inmunización humana
preventiva, es decir, vacunarse, administrándose la vacuna.
En caso
de viajar a lugares de riesgo, se recomienda vacunarse un mes antes
del viaje. Aconseja también que la zona más idónea donde debe
administrarse la vacuna es el área deltoidea; sin embargo, en los niños la
parte más aconsejable para vacunar es la parte anterolateral del muslo, nunca en la región glútea.
DIAGNÓSTICO
Según la OMS, actualmente no se dispone de pruebas
para diagnosticar la infección por rabia en los humanos antes de que aparezcan
los síntomas clínicos.
Existen diferentes técnicas para confirmar la rabia
en vida y post-morten que permiten detectar el virus entero, antígenos víricos,
anticuerpos específicos presentes en el líquido cefalorraquídeo o ácidos
nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel) y también en orina y saliva.
Aunque el período de incubación de la rabia suele
ser de uno a tres meses, pero puede oscilar entre menos de una semana y más de
un año, dependiendo de factores como la localización de la inoculación y la
carga vírica, tal y como indica la OMS.
TRATAMIENTO
El primer tratamiento
recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida durante un
mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona yodada
u otras sustancias que maten el virus de la rabia.
Tras la exposición la profilaxis hace que el
tratamiento del infectado se inicie inmediatamente con el fin de impedir que el
virus entre en el sistema nervioso central que provocaría una muerte inmediata.
El tratamiento incluye la vacuna antirrábica y la aplicación de inmunoglobulina
antirrábica en los casos en los que esté indicado.
TRATAMIENTO ESPECIFICO
PARA MORDEDURA DE MURCIELAGOS
El virus de la rabia en animales como los
murciélagos tiene un tratamiento distinto al de los mamíferos terrestres (perros,
gatos, zorros, mapaches, ardillas, etc); por lo que es necesario reforzar y
reiterar las medidas preventivas en relación con ese tipo, en cuanto a
evitar contacto con animales potencialmente portadores, especialmente los que no
se comporten de forma natural, y enseñar a los niños que no deben tocarlos.
En caso de mordedura, debe ser comunicada a los
Servicios de Salud y, a ser posible, conservar el animal en observación para
ser analizado, y además se debe recibir la profilaxis postexposición
oportuna con vacunación e inmunoglobulina.
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