jueves, 1 de noviembre de 2018

LA RABIA - QUE ANIMALES LA PORTAN Y COMO TRATARLA A TIEMPO













La rabia es una enfermedad vírica aguda mortal que afecta al sistema nervioso central, y que se transmite al hombre normalmente por la saliva a través mordeduras o arañazos de animales domésticos o salvajes que están infectados. Hasta en el 99 por ciento de los casos por rabia, el virus se transmite por perros domésticos y gatos, aunque en zonas rurales también es transmitida por murciélados. En general, todo mamífero terrestre es susceptible de transmitir este virus.

No siempre el contagio se produce por una mordedura, sino que también puede suceder que tenemos alguna herida abierta o cicatrizando y basta que nuestra mascota, perro o gato, lamba la zona de la herida y la moje con su saliva para que el virus se transmita al ser humano.

SÍNTOMAS
Las manifestaciones clínicas pueden variar dependiendo de las distintas formas que adopte la enfermedad.  Generalmente el periodo de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses aunque cabe la posibilidad de que oscile entre menos de una semana y más de un año, esto dependerá siempre del punto infectado y la carga vírica.

Entre los síntomas más comunes destacan:
  • Hinchazón o enrojecimiento.

  • Dolor de cabeza

  • Fiebre

  • Malestar general del cuerpo

  • Nauseas
Normalmente entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.

De entre las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede presentar signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y puede llegar a producirse la muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.

En la otra forma, la rabia paralítica que representa un 30 por ciento de los casos humanos, según la OMS, sigue un curso diferente aunque generalmente más prologando en la forma de rabia furiosa. Aquí los músculos se van paralizando lentamente empezando por los más cercanos a la mordedura o arañazos.  Hasta que el paciente entra en coma y acaba falleciendo. 

PREVENCIÓN
La mejor forma de prevenir la rabia es a través de la inmunización humana preventiva, es decir, vacunarse, administrándose la vacuna.    

En caso de viajar a lugares de riesgo, se recomienda vacunarse un mes antes del viaje. Aconseja también que la zona más idónea  donde debe administrarse la vacuna es el área deltoidea; sin embargo, en los niños la parte más aconsejable para vacunar es la parte anterolateral del muslo, nunca en la región glútea.

DIAGNÓSTICO
Según la OMS, actualmente no se dispone de pruebas para diagnosticar la infección por rabia en los humanos antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
Existen diferentes técnicas para confirmar la rabia en vida y post-morten que permiten detectar el virus entero, antígenos víricos, anticuerpos específicos presentes en el líquido cefalorraquídeo o ácidos nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel) y también en orina y saliva.
Aunque el período de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses, pero puede oscilar entre menos de una semana y más de un año, dependiendo de factores como la localización de la inoculación y la carga vírica, tal y como indica la OMS. 

TRATAMIENTO
El primer tratamiento recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida durante un mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona  yodada u otras sustancias que maten el virus de la rabia.
Tras la exposición la profilaxis hace que el tratamiento del infectado se inicie inmediatamente con el fin de impedir que el virus entre en el sistema nervioso central que provocaría una muerte inmediata. El tratamiento incluye la vacuna antirrábica y la aplicación de inmunoglobulina antirrábica en los casos en los que esté indicado.

TRATAMIENTO ESPECIFICO PARA MORDEDURA DE MURCIELAGOS
El virus de la rabia en animales como los murciélagos tiene un tratamiento distinto al de los mamíferos terrestres (perros, gatos, zorros, mapaches, ardillas, etc); por lo que es necesario reforzar y reiterar las medidas preventivas en relación con ese tipo, en cuanto a evitar contacto con animales potencialmente portadores, especialmente los que no se comporten de forma natural, y enseñar a los niños que no deben tocarlos.
En caso de mordedura, debe ser comunicada a los Servicios de Salud y, a ser posible, conservar el animal en observación para ser analizado, y además se debe recibir la profilaxis postexposición oportuna con vacunación e inmunoglobulina.

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