martes, 13 de noviembre de 2018

INFECCIONES DEL OIDO - COMO PROTEGER A SU BEBÉ


Las infecciones del oído son una de las razones más frecuentes por la que los padres llevan a sus hijos al médico. El tipo más común de infección del oído se denomina otitis media y es causada por inflamación e infección del oído medio, el cual se encuentra localizado justo detrás del tímpano.

Una infección aguda en el oído se desarrolla rápidamente y es dolorosa. Las infecciones del oído que duran mucho tiempo o que aparecen y desaparecen se denominan infecciones crónicas del oído.

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CAUSAS
La trompa de Eustaquio va desde la mitad de cada oído hasta la parte posterior de la garganta. Normalmente, esta trompa drena líquido que se produce en el oído medio. Si esta trompa de Eustaquio es bloqueada, se puede acumular líquido, lo cual puede causar una infección.

Las infecciones del oído son comunes en los bebés y en los niños, debido a que sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente.

Las infecciones del oído también pueden ocurrir en adultos, aunque son menos comunes que en los niños.
  Trompa de Eustaquio

Cualquier cosa que ocasione inflamación o bloqueo de las trompas de Eustaquio hace que se acumulen más líquidos en el oído medio detrás del tímpano.

Algunas causas son:



  • Resfriados e infecciones sinusales.

  • Exceso de moco y de saliva producidos durante la dentición.


  • Humo del tabaco.


Las infecciones en el oído también son más probables en los niños que pasa mucho tiempo bebiendo de un vaso o botella para tomar sorbitos mientras está acostado boca arriba.

El hecho de que entre agua en los oídos no provoca una infección aguda, a menos que el tímpano tenga un agujero.

Las infecciones agudas del oído suceden con más frecuencia durante el invierno. No se puede contraer una infección del oído por contagio, pero un resfriado que se propaga entre los niños puede causar que algunos de ellos contraigan este tipo de infecciones.

Los factores de riesgo que predisponen a infecciones agudas del oído incluyen:


  • Asistir a guarderías (especialmente centros que tienen más de 6 niños).

  • Cambios de altitud o de clima.

  • Clima frío.

  • Exposición al humo.

  • Antecedentes de infecciones del oído.

  • No ser amamantado.

  • Uso de biberones.

  • Infección reciente del oído.

  • Enfermedad reciente de cualquier tipo (porque disminuye la resistencia del cuerpo a la infección).


SÍNTOMAS
En los bebés, con frecuencia la señal principal de una infección del oído es irritabilidad y llanto inconsolable. Muchos bebés y niños con una infección aguda del oído tienen fiebre o problemas para dormir. Jalarse la oreja no siempre es una señal de que el niño tiene una infección del oído.

Los síntomas de una infección aguda del oído en niños mayores o adultos incluyen:


  • Dolor de oídos u otalgia.

  • Llenura en el oído.

  • Sensación de malestar general.

  • Vómitos.

  • Diarrea.

  • Hipoacusia en el oído afectado.


La infección del oído puede comenzar poco después de un resfriado. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.

Todas las infecciones agudas del oído implican líquido detrás del tímpano. Usted necesita consulta médica con el otorrinolaringólogo para confirmar una infección del oído.

TRATAMIENTO
Algunas infecciones del oído se alivian por sí solas sin necesidad de antibióticos. A menudo, todo lo que se necesita es tratar el dolor y dejar que el cuerpo sane por sí mismo.


  • Aplique agua tibia con compresas o con una botella en el oído afectado.
  • Use en los oídos gotas analgésicas óticas de venta libre.

  • Tome medicinas de venta libre como ibuprofeno o paracetamol para el dolor o la fiebre.

  • NO le dé aspirina a los niños.

Todos los niños menores de seis meses con fiebre o síntomas de una infección en el oído deben ser vistos por un otorrinolaringólogo.

A los niños mayores de seis meses se los puede vigilar en casa si NO tienen:


  • Una fiebre superior a 102°F (38.9ºC)

  • Dolor u otros síntomas más graves

  • Otros problemas de salud.

Si no hay ningún mejoramiento o los síntomas empeoran, programe una cita con el proveedor de atención médica para determinar si se necesitan antibióticos.

ANTIBIÓTICOS
Un virus o bacteria puede causar infecciones del oído. Los antibióticos no aliviarán una infección causada por un virus. La mayoría de los médicos no recetan antibióticos para cada infección del oído. Sin embargo, todos los niños menores de seis meses con una infección en el oído son tratados con antibióticos.

Es más probable que su médico recete antibióticos si el niño:


  • Tiene menos de dos años de edad

  • Tiene fiebre

  • Parece enfermo

  • No mejora en 24 a 48 horas.


Si le recetan antibióticos, es importante tomarlos todos los días y terminar todo el medicamento. NO suspenda el medicamento cuando los síntomas desaparezcan. Si los antibióticos no parecen estar haciendo efecto al cabo de 48 a 72 horas, consulte nuevamente con su médico. Es posible que necesite cambiar a un antibiótico diferente.

Los efectos secundarios de los antibióticos pueden incluir náuseas, vómitos y diarrea. También se pueden presentar reacciones alérgicas, pero son poco frecuentes.

CIRUGÍA
Si una infección no desaparece con tratamiento médico normal o si un niño tiene muchas infecciones del oído durante un corto período de tiempo, el médico  puede recomendar la colocación de tubos de timpanostomía:

Se introduce en el tímpano un tubo diminuto, dejando abierto un pequeño orificio que permite la entrada del aire para que los líquidos puedan drenar con más facilidad.

EXPECTATIVAS (PRONÓSTICO)
Casi siempre, una infección del oído es un problema menor que mejora. Estas infecciones se pueden tratar, pero pueden presentarse de nuevo en el futuro.
La mayoría de los niños tendrá pérdida auditiva leve y de corta duración durante e inmediatamente después de una infección de oído. Esto se debe al líquido en el oído. El líquido puede permanecer detrás del tímpano durante semanas o incluso meses después de que la infección haya desaparecido.

El retraso en el lenguaje o el habla es infrecuente Esto puede ocurrir en un niño que tiene pérdida auditiva permanente a raíz de infecciones del oído múltiples y repetitivas.

POSIBLES COMPLICACIONES
En casos raros, se puede desarrollar una infección más seria, como:
  • Mastoiditis (una infección de los huesos alrededor del cráneo).
  • Meningitis (una infección del cerebro).

CUANDO ACUDIR AL MÉDICO
Acuda al médico si su hijo si:

  •  El dolor, la fiebre o la irritabilidad no mejoran al cabo de 24 a 48 horas.

  • En un comienzo, el niño parece estar más enfermo de lo que se espera por una infección en el oído.

  • Su hijo presenta fiebre alta o dolor intenso.

  • El dolor intenso cesa de repente, lo cual puede ser indicio de ruptura timpánica

  • Los síntomas empeoran.

  • Aparecen nuevos síntomas, especialmente dolor de cabeza intenso, mareo, hinchazón alrededor del oído o fasciculaciones (movimientos involuntarios) de los músculos de la cara.

Acuda al médico de inmediato si un niño menor de 6 meses tiene fiebre, incluso si el niño no tiene otro tipo de síntomas.

PREVENCIÓN
Usted puede reducir el riesgo de infecciones del oído de su hijo poniendo en práctica las siguientes medidas:


  • Lave las manos y juguetes frecuentemente.

  • Si es posible, escoja una guardería que tenga una clase con 6 niños o menos, ya que esto puede reducir los riesgos del niño de contraer un resfriado u otra infección y esto, a su vez, lleva a menos infecciones de oído.

  • NO utilice biberones.
  • Amamante al niño -- Ya que esto lo hace mucho menos propenso a las infecciones del oído. Pero si alimenta al niño con biberón, sosténgalo en posición de sentado y erguido.

  • NO exponga al niño al humo indirecto del tabaco.

  • Constate que las vacunas del niño estén al día.

  • La vacuna antineumocócica previene las infecciones a raíz de las bacterias que más comúnmente ocasionan las infecciones agudas del oído y muchas infecciones respiratorias.

  •  NO haga uso excesivo de antibióticos, ya que esto puede llevar a que se presente resistencia a estos. 
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FUENTE: Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU.

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